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domingo, 20 de noviembre de 2011

YA MURIÓ LA REVOLUCIÓN…YA LA LLEVAN A ENTERRAR


JOSÉ MANUEL HERNÁNDEZ VALERIO

El pueblo de México llega al año 2010 en medio de la más grave crisis política, económica, social, cultural y popular que ha sido pisoteada por el mal gobierno. Ante la crisis, el actual gobierno hace todo para apoyar a las corporaciones norteamericanas, mientras trata que los trabajadores “paguen los platos rotos”. Es necesaria la organización de los trabajadores para hacer valer sus derechos y lograr que la crisis la paguen los que la provocaron y que los recursos para combatir la crisis se destinen a programas públicos que favorezcan a la población y no a las grandes compañías.

Pablo Moctezuma Barragán,
"¡¿Celebrando el Bicentenario?!"

El proceso de la Revolución Mexicana no es un proceso homogéneo que pueda analizarse desde una sola perspectiva o a la que se pueda adjudicar un significado unívoco. Jorge Ibargüengoitia, en una de las mejores novelas históricas jamás escritas, Los relámpagos de agosto, describe en el título de su obra lo que de manera inmediata se aprecia con respecto de este proceso: una serie de movimientos desarticulados, de fugacidad impactante y de expectativas inmensas, pero que pocas veces pudieron cristalizar sus anhelos de manera total.
Podemos decir que la Revolución muda de ropajes mientras se desarrolla y se consolida: comienza como una revuelta de la burguesía que busca abrir caminos democráticos en una sociedad que, a principios del siglo XX, seguía viviendo en el siglo anterior; posteriormente, los grupos marginados socialmente, campesinos y obreros, transforman la apariencia de la revolución en lo que se festeja como un movimiento popular, la paradoja es que los representantes más importantes de esa revolución popular fueron asesinados en la vorágine de la lucha de facciones; finalmente, la clase media y parte de la burguesía logran establecer un sistema que permite combinar las diversas manifestaciones y demandas e intenta construir un país sobre bases que muchas veces incluso cuestionaban la correspondencia entre las normas y la realidad.
La complejidad de comprender un movimiento como la Revolución Mexicana se enfrenta, inevitablemente, con la versión que la historia oficial dibuja. Los héroes más celebrados son, sin duda, Madero, Zapata y Villa: los tres fueron asesinados y ninguno logró consolidar los anhelos de aquellos a los que representaban.
Sin embargo, no podemos negar que la Revolución sea el acontecimiento histórico más importante del país durante el siglo XX, y que la reorganización del país que trajo como consecuencia mecanismos que enfilaron a México por derroteros distintos a los del resto de los países de América Latina. La regulación de los mandos del ejército y la supeditación de éste al poder civil impidió la emergencia de dictaduras militares represivas en extremo, por ejemplo. Más allá de su importancia simbólica, la Revolución tiene una importancia fundamental en el sentido de que sentó las bases para el surgimiento de la clase política actual y el desarrollo de diversas instituciones dirigidas a legitimar la memoria del proceso.