FORO DE EXPRESIONES EN DIALOGO DE LA SECCION 28 DEL SNTE
FRENTE AMPLIO DEMOCRATICO EDUCATIVO DEL SNTE
MOVIMIENTO AUTONOMO DE RENOVACION SINDICAL-SONORA
DECLARACION POLITICA INICIAL:
ANTECEDENTES Y PRESENTACION:
En los actuales momentos, de graves inercias sindicales y en medio de serias amenazas a la vida del sindicalismo nacional, es prioritario impulsar espacios de diálogo y encuentros que nos permitan reflexionar, más allá de la coyuntura y no obstante ésta, sobre la vida interna de nuestro sindicato y las perspectivas que advertimos quienes, desde la pluralidad interna, nos hemos convocado para evaluar el actual estado de cosas al interior de la Sección 28 del SNTE, sus posibles avances y retrocesos, así como las consecuencias del inmovilismo gremial, para plantearnos cómo podemos participar de manera organizada, corresponsable y comprometida, con el propósito de fortalecer la vida democrática y una eficaz función gremial de nuestra Organización sindical
Nuestra inicial evaluación de este primer foro, advierte que padecemos una serie de deficiencias y rezagos sindicales que nos han vuelto vulnerables ante los neoliberales y la parte patronal, por la vergonzanteadhesión servil a los gobernadores en turno, por la aceptación entreguista y sin límite de falsas políticas de transformación y modernización a modo de los intereses empresariales, que generaron la reforma a la ley del ISSTE, la imposición de la ACE, los Exámenes de ENLACE y CENEVAL y recientemente los atentados de los nuevos gravámenes del ISR a activos y jubilados, entre otros.
A ello se suma la desinformación y el olvido deliberado de nuestro compromiso social como sindicato clasista, la ausencia de una política constructiva en la dirigencia, la apatía, la indolencia y el desinterés de los responsables de la conducción sindical, atrapada por un reducido círculo de colaboradores del Secretario General, que hacen del reparto de plazas su prioridad; quienes han permitido que se pisoteen los derechos laborales adquiridos, que se subestime la fortaleza sindical, se extravíen el rumbo y los principios necesarios para una acción sindical consistente y sin dobleces.
CONSENSOS DERIVADOS DE ESTE PRIMER FORO
Por ello, las Expresiones Sindicales que suscribimos el presente documento, al revisar la actuación sindical, consideramos que debemos reconstruir la Dirigencia Seccional para una gestión diferente, con nuevos perfiles de liderazgo, que se identifiquen más con la democracia, con la tolerancia, con el trabajo colaborativo, con la defensa de los intereses sindicales y los derechos de cada trabajador de la Educación y en la defensa de la Educación Pública, mas que pensar en sus intereses personales o en buscar en cada momento, satisfacer las ambiciones y ocurrencias personales del Secretario General en turno.
Si gremialmente tenemos desafíos, tambiénfrente a nosotros tenemosun nuevo perfil de funcionarios impreparados en la SEC, que los está obligando al extremo de reclutar o mantener a corruptos operadores priístas de la saliente administración boursista para su operación. No están funcionando en el reto de administrar la dependencia con un enfoque de renovación, puesto que ya algunos mimetizan su actuación con los viejos vicios clientelares de sus antecesores y prematuramente alentados por presuntos objetivos electorales, están generando un caos administrativo.
Planteamos, que se hace necesario salir en defensa del sindicalismo, la Escuela Pública y nuestra fuente de trabajo con mayor responsabilidad y mística pedagógica; debemos atajar la campaña mediática en contra del magisterio que se opone a la imposición de las reformas neoliberales y al cacicazgo sindical charro de Elba Esther Gordillo Morales.
Es urgente contener los efectos criminales de la Política económica Nacional que generó la Reforma fiscal y los recortes presupuestales a Educación y defendernos de los despojos en materia de Seguridad social por la actual Ley del ISSTE, buscando su abrogación.
Se requiere una dirigencia capaz de actuarpara revertir la política educativa del Gobierno Federal y Estatal; combatir los efectos negativos de la ACE, de la Reformas curriculares importadas y los intentos de Reformas regresivas al Art. 3º Constitucional, cuyas consecuencias se traducen ya, en la pérdida de la automaticidad de ingreso a laborar de los egresados de nuestras escuelas normales y en miles de Docentes Interinos en todos los niveles educativos, que por muchos años están siendo explotados y condenados a la inseguridad laboral y social, junto con sus familias, entre otros efectos.
PROPUESTA:
Por lo anterior, manifestamos que el próximo relevo sindical debe darse ya y emitirse la Convocatoria para el respectivo Congreso Seccional; ello plantea el reto de impulsar un movimiento de bases que nos permita salir del letargo riesgoso que nos hemos autoimpuesto en Sonora; para identificar compañeros y compañeras, con un perfil de mayor honestidad, combatividad y compromiso sindical; surgidos desde la pluralidad delegacional, con equidad de género y visión incluyente; que su presencia contribuya a depurar las formas agotadas de conducción sindical, generando transformaciones democráticas, apoyandoal trabajador en todos su problemas desde la misma aula, defendiendo sin ambigüedades los intereses colectivos, lo que implica no errar al seleccionar delegados y representantes que mezquinamente sólo van al congreso de renovación de la dirigencia, a lograr sus propósitos personales de obtener una prebenda como pago a su silencio o por dejarse manipular.
PRONUNCIAMIENTOS
Por nuestra convicción de solidaridad, rechazamos las agresiones del gobierno federal contra la Sección 65 del Sindicato Minero en Cananea y contra el Sindicato Mexicano de Electricistas, solicitando la solución definitiva de estos conflictos, que se les reconozca la existencia de su Contrato Colectivo y se cancele la Concesión al Grupo México.
PROXIMO FORO EN HERMOSILLO, 6 DE MARZO,
AUDITORIO DE ECONOMIA UNISON
Para darle continuidad al Foro Sindical de nuestras expresiones,convocamos a los interesados identificados con este proceso, a asistir al segundo encuentro que realizaremos el día 6 de Marzo próximo, en la Cd. de Hermosillo, a partir de las 10 A. M., en un sitio por determinar, con la finalidadde continuar el diálogo iniciado, generar un debate más amplio que nos permita definircomo llegaremos a concretar estos planteamientos, entre quienes concurramos y posteriormente trasladarlo a las regiones del Estado, acordando la difusión estatal del presente.
Hermosillo, Sonora, Febrero 20 de 2010.
ATENTAMENTE:
ASISTENTES AL FORODE EXPRESIONES EN DIALOGO DE LA SECCION 28 DEL SNTE
PROFR. DAVID GPE. VALENZUELAPROFR. RAFAEL ROBLES VAZQUEZ
COORDINADOR GENERAL DEL FADESCOORDINADOR GENERAL DE MARS-SONORA
INTEGRANTES DEL CES DE LA SECCION 28 DEL SNTE, ORGANIZADORES DEL FORO
PROFR. ODILON CASTRO CORRAL,PROFR. MIGUEL ANGEL JARA PALACIOS, T.S. ROSA MARGARITA QUINTANA ROMERO, PROFR. J. CARMEN RIVERA FRIAS, PROFRA. LUZ MARIA CORRAL CALDERON, PROFR. ANDRES GILBERTO MEDINA LEON, PROFR. ARNOLDO ENCINAS RAMIREZ.
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¿CÓMO GANAR UNA HUELGA?
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Conferencia del maestro Pedro Castillo.
(Texto actualizado a junio del 2023).
En esta ocasión, presentamos de nuevo un par de videos con la conferencia
de...
orgullosamente ajeno al falso puritanismo academicista que sirve de mascara, de escudo, a un apoliticismo que justifica con el silencio cómplice, “apartidista”, la política neoliberal que atenta contra los derechos del pueblo a la educación científica, laica, gratuita y critica. heredero y continuador de la revolución mexicana
¿POR QUÉ SOCIALISMO? Durante décadas los guardianes del sistema capitalista han creado una imagen falsa del llamado genio de la humanidad, Albert Einstein: Lo presentan como un científico ajeno a la sociedad y a la política. Esto conviene a muchos intelectuales que pretenden justificar su “apoliticismo” diciendo de manera tramposa que ellos son científicos y por lo tanto apolíticos. Nada más lejano a la verdad. No hay ciencia que sea ajena a la sociedad, no hay ciencia imparcial. Reproducimos a continuación un artículo de Einstein que responde a la pregunta ¿Qué hacer para resolver los problemas de la humanidad? Su respuesta es clara y contundente, totalmente ajena al apoliticismo ramplón: El Socialismo. "¿Por qué socialismo?", artículo redactado de puño y letra por Albert Einstein fue publicado en 1949 en Monthly Review en New York cuando todavía vivía, y responde a los problemas sociales con magistral sabiduría, en momentos en que el capitalismo enseña toda su podredumbre y está en crisis mundial.
¿POR QUE SOCIALISMO? ¿Debe quien no es un experto en cuestiones económicas y sociales opinar sobre el socialismo? Por una serie de razones creo que sí. Permítasenos primero considerar la cuestión desde el punto de vista del conocimiento científico. Puede parecer que no haya diferencias metodológicas esenciales entre la astronomía y la economía: los científicos en ambos campos procuran descubrir leyes de aceptabilidad general para un grupo circunscrito de fenómenos para hacer la interconexión de estos fenómenos tan claramente comprensible como sea posible. Pero en realidad estas diferencias metodológicas existen. El descubrimiento de leyes generales en el campo de la economía es difícil porque la observación de fenómenos económicos es afectada a menudo por muchos factores que son difícilmente evaluables por separado. Además, la experiencia que se ha acumulado desde el principio del llamado período civilizado de la historia humana —como es bien sabido— ha sido influida y limitada en gran parte por causas que no son de ninguna manera exclusivamente económicas en su origen. Por ejemplo, la mayoría de los grandes estados de la historia debieron su existencia a la conquista. Los pueblos conquistadores se establecieron, legal y económicamente, como la clase privilegiada del país conquistado. Se aseguraron para sí mismos el monopolio de la propiedad de la tierra y designaron un sacerdocio de entre sus propias filas. Los sacerdotes, con el control de la educación, hicieron de la división de la sociedad en clases una institución permanente y crearon un sistema de valores por el cual la gente estaba a partir de entonces, en gran medida de forma inconsciente, dirigida en su comportamiento social. Pero la tradición histórica es, como se dice, de ayer; en ninguna parte hemos superado realmente lo que Thorstein Veblen llamó «la fase depredadora» del desarrollo humano. Los hechos económicos observables pertenecen a esa fase e incluso las leyes que podemos derivar de ellos no son aplicables a otras fases. Puesto que el verdadero propósito del socialismo es precisamente superar y avanzar más allá de la fase depredadora del desarrollo humano, la ciencia económica en su estado actual puede arrojar poca luz sobre la sociedad socialista del futuro. En segundo lugar, el socialismo está guiado hacia un fin ético-social. La ciencia, sin embargo, no puede establecer fines e, incluso menos, inculcarlos en los seres humanos; la ciencia puede proveer los medios con los que lograr ciertos fines. Pero los fines por sí mismos son concebidos por personas con altos ideales éticos y —si estos fines no son endebles, sino vitales y vigorosos— son adoptados y llevados adelante por muchos seres humanos quienes, de forma semi-inconsciente, determinan la evolución lenta de la sociedad. Por estas razones, no debemos sobrestimar la ciencia y los métodos científicos cuando se trata de problemas humanos; y no debemos asumir que los expertos son los únicos que tienen derecho a expresarse en las cuestiones que afectan a la organización de la sociedad. Muchas voces han afirmado desde hace tiempo que la sociedad humana está pasando por una crisis, que su estabilidad ha sido gravemente dañada. Es característico de tal situación que los individuos se sienten indiferentes o incluso hostiles hacia el grupo, pequeño o grande, al que pertenecen. Como ilustración, déjenme recordar aquí una experiencia personal. Discutí recientemente con un hombre inteligente y bien dispuesto la amenaza de otra guerra, que en mi opinión pondría en peligro seriamente la existencia de la humanidad, y subrayé que solamente una organización supranacional ofrecería protección frente a ese peligro. Frente a eso mi visitante, muy calmado y tranquilo, me dijo: «¿Por qué se opone usted tan profundamente a la desaparición de la raza humana?» Estoy seguro de que hace tan solo un siglo nadie habría hecho tan ligeramente una declaración de esta clase. Es la declaración de un hombre que se ha esforzado inútilmente en lograr un equilibrio interior y que tiene más o menos perdida la esperanza de conseguirlo. Es la expresión de la soledad dolorosa y del aislamiento que mucha gente está sufriendo en la actualidad. ¿Cuál es la causa? ¿Hay una salida? Es fácil plantear estas preguntas, pero difícil contestarlas con seguridad. Debo intentarlo, sin embargo, lo mejor que pueda, aunque soy muy consciente del hecho de que nuestros sentimientos y esfuerzos son a menudo contradictorios y obscuros y que no pueden expresarse en fórmulas fáciles y simples. El hombre es, a la vez, un ser solitario y un ser social. Como ser solitario, procura proteger su propia existencia y la de los que estén más cercanos a él, para satisfacer sus deseos personales, y para desarrollar sus capacidades naturales. Como ser social, intenta ganar el reconocimiento y el afecto de sus compañeros humanos, para compartir sus placeres, para confortarlos en sus dolores, y para mejorar sus condiciones de vida. Solamente la existencia de estos diferentes y frecuentemente contradictorios objetivos por el carácter especial del hombre, y su combinación específica determina el grado con el cual un individuo puede alcanzar un equilibrio interno y puede contribuir al bienestar de la sociedad. Es muy posible que la fuerza relativa de estas dos pulsiones esté, en lo fundamental, fijada hereditariamente. Pero la personalidad que finalmente emerge está determinada en gran parte por el ambiente en el cual un hombre se encuentra durante su desarrollo, por la estructura de la sociedad en la que crece, por la tradición de esa sociedad, y por su valoración de los tipos particulares de comportamiento. El concepto abstracto «sociedad» significa para el ser humano individual la suma total de sus relaciones directas e indirectas con sus contemporáneos y con todas las personas de generaciones anteriores. El individuo puede pensar, sentirse, esforzarse, y trabajar por sí mismo; pero él depende tanto de la sociedad —en su existencia física, intelectual, y emocional— que es imposible concebirlo, o entenderlo, fuera del marco de la sociedad. Es la «sociedad» la que provee al hombre de alimento, hogar, herramientas de trabajo, lenguaje, formas de pensamiento, y la mayoría del contenido de su pensamiento; su vida es posible por el trabajo y las realizaciones de los muchos millones en el pasado y en el presente que se ocultan detrás de la pequeña palabra «sociedad». Es evidente, por lo tanto, que la dependencia del individuo de la sociedad es un hecho que no puede ser suprimido —exactamente como en el caso de las hormigas y de las abejas. Sin embargo, mientras que la vida de las hormigas y de las abejas está fijada con rigidez en el más pequeño detalle, los instintos hereditarios, el patrón social y las correlaciones de los seres humanos son muy susceptibles de cambio. La memoria, la capacidad de hacer combinaciones, el regalo de la comunicación oral han hecho posible progresos entre los seres humanos que son dictados por necesidades biológicas. Tales progresos se manifiestan en tradiciones, instituciones, y organizaciones; en la literatura; en las realizaciones científicas e ingenieriles; en las obras de arte. Esto explica que, en cierto sentido, el hombre puede influir en su vida y que puede jugar un papel en este proceso el pensamiento consciente y los deseos. El hombre adquiere en el nacimiento, de forma hereditaria, una constitución biológica que debemos considerar fija e inalterable, incluyendo los impulsos naturales que son característicos de la especie humana. Además, durante su vida, adquiere una constitución cultural que adopta de la sociedad con la comunicación y a través de muchas otras clases de influencia. Es esta constitución cultural la que, con el paso del tiempo, puede cambiar y la que determina en un grado muy importante la relación entre el individuo y la sociedad como la antropología moderna nos ha enseñado, con la investigación comparativa de las llamadas culturas primitivas, que el comportamiento social de seres humanos puede diferenciar grandemente, dependiendo de patrones culturales que prevalecen y de los tipos de organización que predominan en la sociedad. Es en esto en lo que los que se están esforzando en mejorar la suerte del hombre pueden basar sus esperanzas: los seres humanos no están condenados, por su constitución biológica, a aniquilarse o a estar a la merced de un destino cruel, infligido por ellos mismos. Si nos preguntamos cómo la estructura de la sociedad y de la actitud cultural del hombre deben ser cambiadas para hacer la vida humana tan satisfactoria como sea posible, debemos ser constantemente conscientes del hecho de que hay ciertas condiciones que no podemos modificar. Como mencioné antes, la naturaleza biológica del hombre es, para todos los efectos prácticos, inmodificable. Además, los progresos tecnológicos y demográficos de los últimos siglos han creado condiciones que están aquí para quedarse. En poblaciones relativamente densas asentadas con bienes que son imprescindibles para su existencia continuada, una división del trabajo extrema y un aparato altamente productivo son absolutamente necesarios. Los tiempos —que, mirando hacia atrás, parecen tan idílicos— en los que individuos o grupos relativamente pequeños podían ser totalmente autosuficientes se han ido para siempre. Es solo una leve exageración decir que la humanidad ahora constituye incluso una comunidad planetaria de producción y consumo. Ahora he alcanzado el punto donde puedo indicar brevemente lo que para mí constituye la esencia de la crisis de nuestro tiempo. Se refiere a la relación del individuo con la sociedad. El individuo es más consciente que nunca de su dependencia de sociedad. Pero él no ve la dependencia como un hecho positivo, como un lazo orgánico, como una fuerza protectora, sino como algo que amenaza sus derechos naturales, o incluso su existencia económica. Por otra parte, su posición en la sociedad es tal que sus pulsiones egoístas se están acentuando constantemente, mientras que sus pulsiones sociales, que son por naturaleza más débiles, se deterioran progresivamente. Todos los seres humanos, cualquiera que sea su posición en la sociedad, están sufriendo este proceso de deterioro. Los presos a sabiendas de su propio egoísmo, se sienten inseguros, solos, y privados del disfrute ingenuo, simple, y sencillo de la vida. El hombre sólo puede encontrar sentido a su vida, corta y arriesgada como es, dedicándose a la sociedad. La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal. Vemos ante nosotros a una comunidad enorme de productores que se están esforzando incesantemente privándose de los frutos de su trabajo colectivo —no por la fuerza, sino en general en conformidad fiel con reglas legalmente establecidas. A este respecto, es importante señalar que los medios de producción —es decir, la capacidad productiva entera que es necesaria para producir bienes de consumo tanto como capital adicional— puede legalmente ser, y en su mayor parte es, propiedad privada de particulares. En aras de la simplicidad, en la discusión que sigue llamaré «trabajadores» a todos los que no compartan la propiedad de los medios de producción — aunque esto no corresponda al uso habitual del término. Los propietarios de los medios de producción están en posición de comprar la fuerza de trabajo del trabajador. Usando los medios de producción, el trabajador produce nuevos bienes que se convierten en propiedad del capitalista. El punto esencial en este proceso es la relación entre lo que produce el trabajador y lo que le es pagado, ambos medidos en valor real. En cuanto que el contrato de trabajo es «libre», lo que el trabajador recibe está determinado no por el valor real de los bienes que produce, sino por sus necesidades mínimas y por la demanda de los capitalistas de fuerza de trabajo en relación con el número de trabajadores compitiendo por trabajar. Es importante entender que incluso en teoría el salario del trabajador no está determinado por el valor de su producto. El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Esto es así porque los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte o influidos de otra manera por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia es que los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. Por otra parte, bajo las condiciones existentes, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directa o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos políticos. La situación que prevalece en una economía basada en la propiedad privada del capital está así caracterizada en lo principal: primero, los medios de la producción (capital) son poseídos de forma privada y los propietarios disponen de ellos como lo consideran oportuno; en segundo lugar, el contrato de trabajo es libre. Por supuesto, no existe una sociedad capitalista pura en este sentido. En particular, debe notarse que los trabajadores, a través de luchas políticas largas y amargas, han tenido éxito en asegurar una forma algo mejorada de «contrato de trabajo libre» para ciertas categorías de trabajadores. Pero tomada en su conjunto, la economía actual no se diferencia mucho de capitalismo «puro». La producción está orientada hacia el beneficio, no hacia el uso. No está garantizado que todos los que tienen capacidad y quieran trabajar puedan encontrar empleo; existe casi siempre un «ejército de parados». El trabajador está constantemente atemorizado con perder su trabajo. Desde que parados y trabajadores mal pagados no proporcionan un mercado rentable, la producción de los bienes de consumo está restringida, y la consecuencia es una gran privación. El progreso tecnológico produce con frecuencia más desempleo en vez de facilitar la carga del trabajo para todos. La motivación del beneficio, conjuntamente con la competencia entre capitalistas, es responsable de una inestabilidad en la acumulación y en la utilización del capital que conduce a depresiones cada vez más severas. La competencia ilimitada conduce a un desperdicio enorme de trabajo, y a esa amputación de la conciencia social de los individuos que mencioné antes. Considero esta mutilación de los individuos el peor mal del capitalismo. Nuestro sistema educativo entero sufre de este mal. Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura. Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males: el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros-hombres en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual. Sin embargo, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia?