UN HERMOSO Y BREVE CUENTO...
CRISTO ACTUALIZADO...
JOSÉ CARDOZA
Cuentan los que
saben… que hace muchos años, una hermosa noche de un 24 de diciembre, nació un
niño de nombre Jesús, era hijo de un obrero carpintero llamado José, virtuoso
varón que se casó con María cuando esta ya estaba embarazada. El niño Jesús, al
que después llamarían el Cristo (Jesucristo) nació en un pesebre porque sus
padres eran migrantes ilegales que andaban huyendo de la migra que los quería
asesinar. El motivo era la nueva ley que obligaba a todos los judíos a
someterse a la evaluación, y todos los niños que tenían menos de 6 (años)
reprobaban y eran muertos. Unos sabios disidentes conocidos como Reyes Magos
encontraron evidencias de que Jesús era el inicio del cambio del mundo injusto,
por un mundo de amor solidario (amos los unos a los otros) y fueron a rendirle
homenaje; enterados los magos disidentes que había orden de aprehensión dictada
por el presidente de esa época (Herodes) contra la familia del niño dios,
regresaron por caminos diferentes para despistar a la policía. Ya después, este
mismo Jesús adolescente, les daría clases a los “sabios doctores” de esa época
(sacerdotes). Ya adulto, Jesús corrió a latigazos a los empresarios del templo
de su padre (Jerusalén) y fue acusado por los obispos (sacerdotes del
sanedrín), encapsulado por los granaderos (legionarios romanos) fue llevado preso
ante la suprema corte (Poncio Pilatos). La falta de pruebas contra el acusado
fue percibida por el juez máximo Pilatos, que resolvió que Jesús no había
cometido delito alguno, no lo pudo dejar libre porque era acusado de cometer
delitos políticos (cuestionar la autoridad de los sacerdotes judíos). Ante esta
acusación injusta, la corte (Pilatos) intento otorgarle el amparo de la
justicia romana (¿libero a Jesús o a Barrabas? preguntó), pero ante la
manipulación de los medios de esa época (el antecedente de televisa y tv
azteca) el pueblo judío prefirió liberar al capo Barrabas, ya desde esa época,
los jueces se lavan las manos cuando los poderosos comenten injusticias. Jesús,
preso político fue condenado a morir en la cruz sin derecho a amparo alguno. Murió
dignamente crucificado, asesinado por un delito político en medio de dos
ladrones (Dimas y Gestas). En la actualidad se recuerda entre sus últimas
palabras el dicho: “Pueblo mío (padre mío) en tus manos encomiendo mi
espíritu…” Hoy, cada 24 de diciembre y semana santa lo recordamos.