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lunes, 26 de septiembre de 2011

ADELANTE NORMALISTAS


EN DEFENSA DEL NORMALISMO

Pedro Hernández Morales [1]

La historia de la educación normal en México da cuenta de instituciones y legado pedagógico con gran arraigo en el pueblo de México y sus maestros, con tradiciones y cambios frecuentes. Defender hoy el normalismo no es nostalgia anclada en un pasado glorioso, sino imperativo ético para quienes nos formamos y transformamos en sus aulas.

En 1823 se funda la primera Escuela Normal Lancasteriana, en la ciudad de México, y en Guadalajara la escuela Normal Colegio de San José. En 1825 se crea la Escuela Normal Lancasteriana de la Constitución, reconocidas como las más antiguas del país, surge así, el concepto de normalismo. En 1885, Ignacio Manuel Altamirano presenta una propuesta que impactó al normalismo, al contemplar el proyecto de ley para la creación de la Escuela Normal con carácter nacional, un plan de estudios, un presupuesto desglosado, la coeducación y el Decreto de creación de la Escuela Normal de la Ciudad de México.

En 1886, se crea la Escuela Normal veracruzana y en 1887, se inaugura la Escuela Normal para profesores en la capital del país. En 1891 obtienen su titulo los primeros maestros normalistas. En 1900, Gregorio Torres Quintero es cofundador y primer presidente de la Sociedad de Profesores Normalistas de México. En 1924, la vieja Escuela Normal de profesores se transforma en la Escuela Nacional de Maestros, hoy centenaria Benemérita Escuela Nacional de Maestros. En 1942, se crea la Escuela Normal Superior de México para profesionalizar específicamente a los maestros de secundaria.

Sin embargo, hoy, esa institución puede perderse. La presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, hizo una petición a Felipe Calderón: desaparecer el normalismo público. Queremos que las normales sean instituciones para técnicos en turismo, técnicos en actividades productivas

El contexto fue la ceremonia de inicio del ciclo escolar 2008-2009, donde Gordillo aprovechó su encuentro con el mandatario para tomar el examen de maestros como un argumento de que el sistema de normales había sufrido un quiebre y que por ello, la SEP debía buscar vocaciones más cercanas al empleo, en lugar de las licenciaturas de pedagogía.

En lugar de las normales, de las que egresaron 30 mil maestros en el pasado ciclo escolar, Elba Esther apuntaba a los cinco centros de excelencia académica que se abrirán con el esquema de responder al mercado de trabajo. Insistió en que el examen de oposición se convierte en el único mecanismo de incorporación a la docencia en las escuelas públicas. Dos años después remachó: No se olviden que las normales rurales han sido semilleros de guerrilleros, pero si no hacemos esto (cerrarlas) van a seguir con lo mismo

El 23 de junio de este año, durante un clandestino quinto Congreso Nacional de Educación, organizado a modo por el SNTE, Gordillo arremetió de nuevo contra las escuelas normales, ahora en compañía del presidente de Mexicanos Primero y de la Fundación Televisa, Claudio X. González, quien señaló que en el país existen muy pocas buenas escuelas normales, pues la mayoría son mediocres y unas que son un hervidero de política y de grilla.

En respuesta, la presidenta del SNTE advirtió: “¿Qué hacemos con tantas normales patitos, con tantos monstruos de normales y con una demanda de más de 200 mil maestros por plaza (sic) y con una enorme incapacidad de darles empleo? Hay que hacer un cambio estructural, y ese cambio va a traer problemas políticos. Pero esas son normales que ya no funcionan, porque ya no hay empleo, ya no tenemos posibilidad de cobertura, ya no tenemos posibilidad de plazas para ese nivel”.

La llamada reforma de la educación normal impulsada por la SEP, que se intentó imponer el pasado junio, se centra en la regulación de la matrícula y el incremento a cinco años de duración de las carreras o licenciaturas en educación primaria y preescolar, para posteriormente aplicar esta misma disposición a las otras licenciaturas, en educación secundaria, física, especial e intercultural, para agosto del 2012.

La restricción, intensificada con los gobiernos del PAN, ha significado que de 200 mil alumnos que había en 2000, se ha reducido a 128 mil en el ciclo 2009-2010, es decir 72 mil alumnos menos. De igual forma, de 655 planteles (incluidos particulares) hay una reducción de más de 200 escuelas. En 2009 existían 450; así, también hay una reducción de más de 3000 docentes en las normales. El cierre de las más de 265 escuelas normales públicas del país es el siguiente paso en la privatización del sector educativo.

La sobrevivencia de las escuelas normales rurales y de su organización estudiantil: la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) con 76 años de existencia, ha sido posible con base en su permanente resistencia, el apoyo de las comunidades y las actividades de presión y de gestión que realizan.

Los embates han sido frecuentes por medio de hostigamiento, represión física y desaparición de instalaciones mediante la fuerza. Los gobiernos estatales y federal mantienen una política de desmantelamiento. El tiro de gracia que pretenden propinar es el cierre de las normales públicas. Las primeras de la lista son las rurales.

La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación sostiene una defensa irrestricta del normalismo en el contexto de su estrategia de democratizar el país, el SNTE y la educación; necesitamos un proyecto de educación normal ligado al proyecto de nación que defendemos, es decir: qué maestro necesitamos, para qué escuela, para qué educación y para qué nación. El normalismo es vigente y tiene hondas raíces en la historia del pueblo mexicano. Sus maestros estarán a la altura de su defensa, que es apostar al futuro de la educación y de un nuevo proyecto de nación.


[1] Egresado normalista y actualmente secretario de Organización de la sección 9 SNTE-CNTE