José Arturo Coca Salinas
13 de octubre de 2011
Para: Susana Tapia Torres
La guerra es un asunto demasiado grave para confiárselo a los militares. Georges Clemenseau
Cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor, es un soldado menos. Facundo Cabral
El chamaco de diecisiete años, platicaba con su ex compañero de tercero de primaria--hasta ese grado estudiaron ambos, no fué posible seguir por falta de recursos--sus aventuras. La adrenalina brotaba en su emoción extasiada, le narraba de su arma y como lo instruyeron para usarla; pero el clímax de su turbación estalló, cuando le predicaba como caían uno a uno los infelices que se atravesaban frente a su arma automática. Estaban almorzando en la fonda de Chonita, en el interior del mercado municipal de Tenosique, el imberbe pertenecía a la septuagésima tercera zona militar, quién seguía platicando desencajado de sus hazañas belicosas y el disfrute libidinoso de las violaciones cometidas. Había invitado a su amigo para convencerlo de ingresar a las fuerzas armadas; estaba de vacaciones y llego en la madrugada de ese día.
Cerca de Tenosique en el poblado El Triunfo, perteneciente al municipio de Balancán, velaban el cuerpo de un joven de escasos dieciséis años, levantado hacía cuatro meses por un comando armado. Su mamá repartió volantes con su fotografía y sus generales en la mayoría de los municipios cercanos y hasta en la capital del estado, presentándose en varias radiodifusoras con la esperanza de localizarlo.
El joven había sido trasladado a Tamaulipas, donde recibió un arma larga y diez mil pesos mensuales como pago por sus servicios. Desde ese momento se convirtió en sicario, gustándole el asunto, esto le valió la vida, los que se negaban eran eliminados.
Los dos jóvenes, tanto el de Tenosique como el de El Triunfo, eran de muy escasos recursos. Uno se enroló por gusto, el otro fue forzado, pero ambos boyantes por su nuevo empleo.
Dos días antes de tomar sus vacaciones el soldado, había dado muerte a varios sicarios, entre los que se encontraba el joven de El Triunfo. Llegaron a una casa, después de un pitazo encontrando a los narcos tomando y fornicando, matándolos a mansalva, violando a las muchachas posteriormente; una vez apagados sus bajos instintos, también las masacraron. La prensa diría otra cosa.
El cuerpo del joven de El Triunfo, fue rescatado por sus familiares, gracias a un compinche que tenía todos los datos del occiso; éste salvó la vida porque salió a conseguir cerveza y cigarros, cuando regresó escucho las detonaciones y vio a dos uniformados vigilando la casa; se siguió calle abajo sin despertar sospecha.
Hoy en día el gobierno sigue reclutando soldados, de la misma manera los cárteles siguen con sus levantones. El presupuesto de la Secretaría de Guerra es exorbitante, el de la Secretaría de Educación es miserable. Objetivo: Se sigan matando entre los jodidos; los virreyes, la oligarquía, los jerarcas de la iglesia.los políticos, ven los toros desde la barrera.