ASÍ ERA TRABAJAR LIMPIANDO EL CULO DEL REY
Por raro que
hoy nos pueda parecer, el puesto de ‘Groom of the Stool‘ (limpiaculos
real, le llamaríamos nosotros) fue, durante siglos y desde su instauración en
el siglo XVI, uno de los más cotizados de la corte real inglesa. Suerte tenías
si te tocaba un rey campechano y comedido, pero si era amante de las comidas
abundantes y picantes, el trabajo podía ser un auténtico marrón.
Fue Enrique
VII, según nos revela la página Historic UK , el primer monarca que sintió la
necesidad de que alguien se encargase del mantenimiento y limpieza de su ano de
sangre azul. Pronto el cargo adquirió importancia, dado que el mozo de las
heces pasaba largos momentos de calidad en intimidad con el Rey asistiéndole a
retirase sus pesados, complejos y caros ropajes para que pudiese hacer de
vientre de forma relajada y decorosa.
El puesto
requería andar todo el día entre toallas y cuencos o palanganas, acarreando la
pesada silla de cagar por palacio, monitorizar la dieta y horarios de comidas
del rey y organizar su agenda en base a los hábitos de su tracto
gastrointestinal. Nada fácil. Además era necesario tener cierta educación
(había que darle conversación al soberano en sus momentos de relax), así que se
solía otorgar a el curro a jóvenes de la aristocracia. De hecho las familias
que pretendían medrar ansiaban tener a uno de sus miembros al cargo de las
posaderas más importantes del país. Si los chavales eran buenos trepas, sacaban
una generosa paga, se les regalaba la ropa usada del monarca y podían hasta
convertirse en secretarios personales del rey. Desconocemos si durante el
proceso de selección se tenía en cuenta la suavidad de la piel de la palma de
las manos del candidato, dado que el papel no abundaba.
Durante los
cuatro siglos de existencia del puesto de limpiaculos del rey (se abolió en
1901 bajo el reinado de Eduardo VII) se han producido pocas incidencias
destacables. Henry Norris, por ejemplo, fue ejecutado por orden de Enrique VIII
tras ser acusado de prestar atención especial a los órganos sexuales de la
reina Ana Bolena. ¿Complot político? ¿Ataque de cuernitis aguda? ¿Manos
ásperas? El ‘rey loco’ Jorge III (1760-1820) usó durante su asiento en el trono
nada menos que a nueve mozos limpiaojetes. Uno de ellos, John Stuart, llegó a
ser Primer Ministro Británico, lo que demuestra que la creencia popular de que
cuidar bien ciertos culos te puede ayudar a ascender, al menos en la política
tiene una base real.
* Noguera Jaime. (2016). Así era trabajar limpiando el culo del
rey. Enero 4 de 2016, de Wordpress.com Sitio web:
https://chema706.wordpress.com/2016/01/01/asi-era-trabajar-limpiando-el-culo-del-rey/